Odio la usada poesía: al vulgo
los flancos cede, y sin temblor de anhelo,
y sin vibrar bajo habitual abrazo
tiéndese y duerme.
Dame la estrofa que el aplauso excite,
rítmico el pie con el compás del coro;
le cojo el ala cuando rauda vuela,
vuélvese y lucha.
Tal entre brazos de amador silvano
ninfa se tuerce en el Edón nevoso:
bellos encantos de su pecho entonces
saltan opresos.
Besos y gritos en la ardiente boca
mézclanse; ríe la marmórea frente
al sol, y en ondas los cabellos libres
tiemblan al aire.
Versión de Ismael Enrique Arciniegas