Puro asombro de Italo López Vallecillos

Las mariposas rondan el espejo.
Tiembla el corazón, tan solitario.
En el jardín cercano
el perfume rompe distraídamente sus veleros.
El aire tiene perfiles raros. La sombra es casi aroma.
Y en toda la casa el silencio impone sus brevedades de oro.
Dentro de mí hay claridad, verano, puro asombro.
Y, claro, tiempo detenido: espuma
Que nadie puede aprisionar, gotas de un vivir vivido, irreparable.
Todo vibra: las casas, las paredes, las puertas,
las mesas, las sillas, las ventanas. Los libros tan habladores,
el techo y el piso tan francos, todo vibra.
En reposo estoy. Miro hacia la calle. Veo las nubes vagabundas.
Recorro el día. Y me paso a esperar la noche
con los anillos del enamorado. Pienso en ella
y pienso en el mar. Pienso en el mar y estoy, de pronto,
perdido en su espuma. ¡Oh soledad sin término!
pequeña isla de pensamiento. Día claro y quieto,
de puro asombro.