Pronto hemos de separarnos
y de decirnos adiós.
Uno seguirá camino,
el otro no.
Quiero quedarme y que sigas
como si te fuera en pos;
pero no vuelvas la cara,
mujer de Lot.
Irás sola, ¿y por qué triste?,
con mi recuerdo y con Dios.
Será posible que encuentres
alguna flor.
Si en cambio tú te quedaras,
¿cómo podré seguir yo?
Las noches me encontrarían
en donde estoy.