¿Y aquel otro
caminito del cielo
por donde anoche fueron
nuestros ojos?
Cuatro príncipes iban sobre él;
cuatro pilares de aquel puente
que soñamos tender
del hoy al siempre.
¡Oh dolor, sin tu vino acedo
ni la pildora de opio de la luna,
ya estaríamos en lo eterno!
-…Y soñar en la fácil aventura.