La vida me adelanta un mensajero
delgado. Pone cada
cosa viva en el aire su existencia
como invisibles alas.
A ciegas avanzamos
y el olor es un hilo
de Ariadna que nos lleva de la mano
fuera del laberinto.
Nuestros sabuesos van buscando rastros
y damos a un aroma
alcance y lentamente recreamos
el tiempo entre la sombra.