1981
Sastres, si lo sois,
vestid de belleza mi rabia.
Aquí celda sonora guardada por el humo
un lugar más para hacer mis solitarios
aquí donde cien dientes se disputan cada beso
aquí me lo contaron
aquí donde nos venden
el amarillo de la bombilla que tiene vocación de tiniebla
la luz que todo lo anochece
una sola ceguera para tantos ojos
un solo fuego para tanta sed
ella
la que se abrió viendo pasear
mis pantalones azules
camino del bar y del ayuno
ella anda de la mano
ella anda de la mano y de la vena
de un heroinómano
herida de lavabo
campo de golf de 18 millones de agujeros
voz seca que no conoce
la bondad del silencio que sólo destruye a su dueño
él es el hogar de la avispa
y quiere compartir su hogar
¡que los hombres fuertes oigan lo que no dice!
¡que lo oigan también hierros
mantas
y abedules!
Pongo alma de hombre fuerte
y escucho
desde el suelo y desde el aire.
No oigo nada, pero sé que no calla.
Jardín cobarde.
No sabe secarse solo
y ello es la mayor traición.