Sexto de Ana Rossetti

Pero acúsome también de ser tribuna de orgullo. Acúsome de toda la
vanagloria que me asiste al comprobar que vos, capaz de convocar con una divina fórmula la Carne y la Sangre
de Ntro. Señor, jamás poseeréis la palabra que hiciera nacer el tacto de tu cuerpo entre vuestros dedos consagrados.
Y acúsome, reverendo padre, del sentimiento de rebeldía y de triunfo con que me embriaga esta crueldad. Amén.