Siento cómo te vas,
cómo se apaga tu voz
mientras me preguntas
que qué he comido,
que si he hecho la cama,
que y los niños, cómo están.
Te pido con mi mano que calles,
que me mires y calles
mientras me dices todo con los ojos.
De vuelta a casa
me siento como un banco mojado
que no quiere la gente
y susurro tu nombre despacito
¡Cuídate, te lo ruego!…
Ya sin ti yo soy nada.