A través de mil formas transido
-nosotros, tú, yo- sólo sé
que en todas hemos sentido
la eterna cuestión: -¿Para qué?
Pregunta pueril que no oíste,
pues sólo tarde supiste
que dado te fue padecer
-o razón, o locura, o mito-
tu estigma fatal: el deber.
Del árbol, la nieve y el mar
nacer y morir es el sino;
dos cosas habrán de quedar:
la nada y mi propio destino.
Versión de Otto de Greiff