Soneto de Federico García Lorca

El viento explora cautelosamente
qué viejo tronco tenderá mañana.
El viento: con la luna en su alta frente
escrito por el pájaro y la rana.

El cielo se colora lentamente,
una estrella se muere en la ventana
y en las sombras tendidas del naciente
luchan mi corazón y su manzana.

El viento como arcángel sin historia
tendrá sobre el gran álamo que espía,
después de largo acecho, la victoria,

mientras mi corazón, en la luz fría,
frente al vago espejismo de la Gloria,
lucha sin descifrar el alma mía.