Todas vuestras palabras son oscuras.
Avanzáis hacia el hombre con serena
palidez: miedo trágico que os llena
la boca de palabras más bien puras.
Decís palabras sórdidas y duras:
«fusil», «muchacha», «dolorido», «hiena».
Lloráis a veces. Honda es vuestra pena.
Oscura, inútil, triste entre basuras.
España es una plaza provinciana
y en ella pregonáis la mercancía:
«un niño muerto por una azucena».
Nadie se para a oíros. Y mañana
proseguiréis llorando. Día a día.
… Impura, inútil, honda es vuestra pena.