A S. PEDRO, EN UNA BORRASCA, VINIENDO DE ROMA
Pescador soberano, en cuyas redes
los monarcas mayores han estado
dichosamente presos, y cambiado
en gloria sus prisiones y en mercedes;
tú que abrir y cerrar el çielo puedes,
con poderosa llave, a tu ganado,
y alcaçar en la tierra has alcançado
con colunas de pórfido y paredes:
los ojos vuelve al mar enfureçido,
y pues tal vez osó mojar tu planta
aun siendo ‘ollado de tu fee animosa,
su ‘inchazón rompe, acalla su rüido,
y enseñado dicípulo, levanta
mi fee y mis pies con mano poderosa.