Soneto XL de Dante Alighieri

Peregrinos que vais meditabundos
talvez en algo que no veis presente:
¿Venis desde una tan remota gente
que os miro, con agobios tan profundos

y sin llanto en los ojos errabundos,
ir a través de la ciudad doliente,
como si ciego, sordo, indiferente,
la viera vuestro ser desde otros mundos?

Me dice el corazón entre lamentos
-parad por escucharlo unos momentos-
que al salir d’ella os seguirá el quebranto.

Ya su BEATRIZ sólo es celeste sombra,
y de toda palabra que la nombra
fluye un acerbo manantial de llanto.