SOSTIENE en una mano
las miradas
y en la otra
hambre de insomnios
en jauría
Extiende el giro
si el tacto la reclama
duerme con las serpientes
para incendiar su escorzo
y demostrar que existe
De puntas sobre el miedo
busca un nombre
que los contenga a todos
para que al detenerse
ilumine su pelvis y disuelva
sus torvos precursores
Y cuando sus muñecas
arrojan sus arpones al nadir
del escenario
se enjuga las facciones
y agradece
en requiebre
los aplausos
En tanto alguien que guarda
acaso la mitad
de una sonrisa
se aleja lentamente
como Judas contando sus monedas