para mi madre
escrito el día
30 de marzo de 1979
Una prostituta
ella es la única mujer por mí invadida
o
acaso
tampoco
ella
porque por más que me recuento
no hallo vestigio
de perfume o de célula o de compra o de club
o de aquel taxi
aunque allí estábamos todos,
madre,
los bienaventurados y los aventureros
allí estábamos todos
en la edad del vagabundeo y sin piernas
sin piernas como el pobre Mori Ahio
como él mordidos por un tren hambriento
pescadores de Galilea ha llegado la hora de la repesca.
Le dije que me llamaba Azul
y gracias al cielo no era tan blanca como la peluquería Noëlle
así que busqué en ella a las hijas del Atlas
ambos sin el virus del amor
aquel día la noche había bajado veloz por su tobogán de luces
y sus estrellas eran nubes.
Madre,
eres la mujer más lista del mundo después de Madame Curie
o empatada con Madame Curie
si exageramos un poco
y yo por ti exagero un poco
y hasta mucho más que un poco
de azúcar
en mi ruso
señor camarero árabe
poblando de parálisis mi alma
mi museo de aromas
tan mísero de aromas
mi monotonía de caja de música
orgulloso de soledades
y de maldad
pero sobre todo de bondad
soy todo lo bondadoso que puede ser un buitre
que no es mucho
y todo lo viejo que sabe ser un viejo
que ya va siendo más
mi alma de reposición y filmoteca
tan fanática
a su lado los locos se convierten en loqueros.
Minutos con ella
entonces pronunciar las palabras mágicas
palabras como
baobab
arrayán
y otra vez baobab
pero no las pronuncié
sobre su carne para perros
carne para perros Lassie
soy el perro que en la luna escarba una hoguera de signos
y
sólo
la
muerte
me hace
la vida
imposible.
Madre,
madre yo solo qué hielo soy
yo que desconozco el argot del amor
para ti quemo las penas que me frecuentan
ven aquí donde te midan mis penas
mezquinas como aritméticas
madre,
tu imperdible
el imperdible de tu tiempo
tu tiempo imperdible
siempre
he aquí tu permanecer
sobre nuestra permanencia
he aquí
tu mezquita
y tu río