Venid de Gottfried Benn

Venid y conversemos,
quien habla no está muerto,
mas se agitan ya llamas
junto a nuestra penuria.

Venid, «azul» digamos;
venid, digamos «rojo»,
oímos, escuchamos, miramos,
quien habla no está muerto.

Tú solo en tu desierto,
en el espanto de tu Gobi –
te vuelves solitario, sin un busto,
sin nadie a quien hablar y sin mujeres,

y cerca del rompiente
tú conoces la barca,
débil y vacilante; –
venid, moved los labios,
quien habla no está muerto.

Versión de Eustaquio Barjau