Primero te vi al final del túnel, a ti, a quien el polvo rebasa. Con lenguas de fuego
lames nuestros deseos, eres el alimento que palpita sobre un tronco hueco y sin nidos,
la llamada que en amplios pasillos de nuestra voz persigue palabras largamente acunadas.-
En manos que anuncian la lluvia nace el final del polvo. Te veo al empezar la ola.
Navegas en sombras y luces sobre la arena, aras el mundo de tierra absorta, y cuando la hierba
se espiga y madura, te diriges a otro lugar, corazón desterrado.-