Si al destino fatal, vuestra memoria
glorificar por el martirio plugo,
con la quijada de Caín la historia
escribirá la historia del verdugo.
Negra, muy negra es la inflexible suerte
que abrir la tumba ante vosotros vino;
mas no cambio el honor de vuestra muerte
por la vida infeliz del asesino.
De vuestra tumba brotará la idea
que la tumba será de los malvados;
pues Dios dispone que la sangre sea
redentora de pueblos humillados.
¡Dormid en paz, sin odio ni rencores,
víctimas de la infamia y la malicia…
quiera Dios que con cráneos de opresores
un altar os levante la justicia!