De veras que no sé qué hacer contigo,
oh César, hasta ayer blanda pelusa.
Llena de rebelión está tu blusa,
y aunque no quieras ya eres mi enemigo.
Alzo la voz, levanto el dedo y digo
esto y lo otro, en fin, lo que se usa…
¡Si hasta te inspira ya contraria musa
y, a tu padre, prefieres a tu amigo!
En medio del hogar roja amapola,
sangre argentina y gala y española,
no seré yo quien tire de tu brida.
Sencillamente me pondré a tu lado,
te enseñaré a ser limpio y ordenado,
y lo demás te lo dará la vida.