Yo se que eres una ave fugitiva,
Un pez dorado que en las ondas juega,
Una nube del alba que desplega
Su miraje de rosa y me cautiva.
Se que res flor que la niñez cultiva
Y el hombre con sus lágrimas la riega,
Sombra del porvenir que nunca llega,
Bella a los ojos, y a la mano esquiva.
Yo se que eres la estrella de la tarde
Que ve el anciano entre celajes de oro,
Cual postrera ilusión de su alma, bella.
Y aunque tu luz para mis ojos no arde,
Engáñame ¡oh mentira! Yo te adoro,
Ave o pez, sombra o flor, nube o estrella.