I
Nuestro canto de gloria elevemos
como aroma de Dios al altar,
y con grata oblación deifiquemos
los hechizos de Euterpe inmortal.
Cuando el tedio a los hombres oprime
con la música el tedio se va:
es la música enviada sublime
que revela un feliz más allá.
Culto a la Música rinda,
tiernos niños, vuestra voz,
porque la Música es linda
como la frente de Dios.
II
Jamás nadie ha podido un momento
resistirse de Euterpe a la voz;
¡con razón de su lira al concento
a las rocas Orfeo conmovió!
Es la música el bello homenaje
que le rinde el mortal a su Autor,
y en tan lindo y sublime lenguaje
se comprenden las almas y Dios.
Culto a la Música rinda,
tiernos niños, vuestra voz,
porque la Música es linda
como la frente de Dios.
III
Cuanto se oye la música imita,
con sus notas se puede escribir
el estruendo del mar que se agita,
el murmurio del lago feliz,
de huracán el tremendo bramido,
el aliento del aura sutil,
de la fiera salvaje el rugido
y de mansa paloma el gemir.
Culto a la Música rinda,
tiernos niños, vuestra voz,
porque la Música es linda
como la frente de Dios.