Verdes hermanas del audaz mozuelo
Por quien orilla el Po dejastes presos
En verdes ramas ya y en troncos gruesos
El delicado pie, el dorado pelo,
Pues entre las rüinas de su vuelo
Sus cenizas bajar en vez de huesos,
Y sus errores largamente impresos
De ardientes llamas vistes en el cielo,
Acabad con mi loco pensamiento,
Que gobernar tal carro no presuma,
Antes que le desate por el viento
Con rayos de desdén la beldad suma,
Y las reliquias de su atrevimiento
Esconda el desengaño en poca espuma.