Toma el bordó, peregrino;
como ayer a la alborada,
hoy con la noche mediada
has de emprender el camino.
Ya de las aves el trino
no alegrará tu jornada;
está la noche cerrada,
negro y callado el camino.
Si por la senda ignorada
al azar de tu destino
has de caminar sin tino,
ni busques ni esperes nada…
hunde tu sombra cansada
en la sombra del camino.