Yo vi romperse el agua camino de Beirut
cogida de tu mano sobre El Roque y las algas
que tienen por costumbre el fondo de tus ojos.
Yo vi cómo giraban las aves de la tierra
cerca de tu cabeza.
Y vi como la lluvia se hacía gris en el aire
sobre la casa grande rojo-indio del valle.
Yo vi las jacarandas naciendo del asfalto.
Y los papayos verdes.
Y aquel árbol florido de naranjas redondas
colgando de tus dedos.
Yo vi cómo la noche se prolongaba oscura
por tus hombros caídos y por tu boca espesa.
Y vi cómo la muerte me alcanzaba despacio
hasta dejarme a solas.