Como piel de serpiente mudada
la inocencia, y más triste,
y estúpidamente predispuesto
a esa facultad privativa
de los seres
-0 dibujos-
animados,
compadecerse, permitir
el saqueo a la ternura: está
maduro el corazón para creer
que el dolor te aureola
con los anillos de Saturno.
Aunque ya ni siquiera
puedes volar tras tu sombrero.