Canto pagano de Rudyard Kipling

Yo que he estado donde he estado-
Yo que he ido donde he ido-
Yo que he visto lo que he visto-
cómo podría nunca competir
otra vez con la terrible vieja Inglaterra,
casas a ambos lados de la calle,
cercas a los dos lados del camino,
en medio el sacerdote y las gentes de buena familia,
si nos encontramos, tocan mi sombrero-
¿Yo que he visto lo que he visto?

Yo que he mirado medio mundo
levantarse brillante entero con el rocío,
que pone un velo de lluvia al sol,
y tan pronto como la niebla abre el paso
nuestro helio parpadea y parece divertido-
tres lados de una plaza de noventa millas,
sobre valles tan grandes como un condado-
«¿Estáis allí? Estáis allí? ¿Estáis allí?»
Y el ritmo ciego entonces de nuestro fuego.
ruedo por la grama en la Terratenencia,
¡yo!

Yo que he cabalgado a través de la oscuridad
con frecuencia, al final, cuarenta millas,
por todo el Rancho Mahollisberg,
con las estrellas sólo como guía
y sólo la noche como amiga,
y las cosas que huyen a mi paso,
y cosas que entre la hierba saltan,
y el silencio, el resplandor y el tamaño
de las alturas, indecibles cielos-
estoy llevando algunas cartas casi
tanto como a una milla de la posta,
y «si no te importa regresa con el cambio»
¡Yo!

Yo que he visto a Barbeton cogido
cuando caímos a través de las nubes sobre su cabeza,
tiraron los revólveres y huyeron-
yo que cruzaba la Colina del Diamante,
y Pieters y Springs y Belfast-
desde Dundee y todo Vereeniging-
yo que aguanté hasta el final
(cinco galones relucen en mi pecho)-
aprovecho mi domingo en la escuela,
con la ayuda del Terrateniente y de su mujer
(sin mencionar la criada y la cocinera),
entrar y manos arriba y sé todavía
trabajar honestamente por mi pan,
mi vida en este estado de vida
que complacerá a Dios que habrá de llamarme
¡a mí!

Yo que he seguido mi oficio
allí donde los Rayos se fabrican;
entre las Lluvias y el Sol y la Luna-
yo que me he acostado y levantado
tres años con el cielo como tejado-
que he soportado hambre y sed
seis mil millas enteras a pie,
con el Vaal y Orange como vaso,
el Brandwater Basin era el plato-
¡Oh! difícil es comportarse como ellos quieren
(demasiado difícil, y tal vez demasiado pronto),
tendré antes que pensarlo
¡yo!

Apareceré y de aquí me iré-
viajaré al Sur y me aseguraré
si son sólo mis encantos o no
que hace pálida en Inglaterra la luz del sol,
y estropea en Inglaterra las brisas,
algo pequeño se ha perdido,
Yo que sé de un sol y de un viento,
algunos llanos, detrás una montaña,
y algunas tumbas junto a cercas de espino,
y un alemán con quien me he pegado fuerte me da
un trabajo donde me inclino
a mirar en una silla y vivo
donde no hay una carretera ni un árbol-
sino sólo mi Hacedor y yo,
esto -creo- ha de curarme o matarme,
por eso creo que allí tendré que ir a verlo.
¡Yo!

Versión de Luis Cremades