Hijo desencadenado soy,
furia reconquistada,
ensoñación ante las puertas sagradas.
El resplandor ha coronado mi frente,
y la cumbre derrama sus hielos bajo el sol.
Oye mi soledad cuando te llamo
desde los precipicios.
Escucha las campanas siderales
doblando sobre las aldeas crepusculares.