Carbones de Hilario Barrero

Ha vuelto a la maleza después de algunos años.

Se han borrado caminos, el puente se ha caído,

el agua corre espesa y parece más hondo el precipicio.

Los cuerpos que ofrecieron su belleza

han desaparecido fulminados después de aquel verano

o muertos de cansancio y de vejez más tarde.

Siguen las sombras cerrando el laberinto,

oscureciendo el hilo que a algunos de nosotros nos salvó.

Salvados sí pero bien muertos

que desde entonces nadie ha vuelto su rostro

a nuestro paso.

Sigue también la vida:

dos cuerpos con los torsos desnudos,

dos carbones a punto de encenderse,

abrazados se ocultan en lo oscuro

sin saber si saldrán victoriosos

o serán perfumados por el rosal de la espesura.