Cartas a Rosario de Rubén Izaguirre Fiallos

1

Mira Rosario,
yo no quiero vivir con tu ausencia.

Te lo digo,
no quiero pasar el resto de la vida
junto a ella, hacerla mi mujer,
pedirle la cena.

Tampoco que te escondas
en mi memoria
y te quedes ahí sin cumplir años,
sin darte un beso.

Lo que quiero
es que vueles ahora mismo,
que saltes de inmediato
hasta mis brazos.

¿Entiendes?

Que desaparezcas
del lugar en donde vives
y te vengas a habitar
entre mis manos.

2

Este bueno para nada,
este inconsciente,
este vengo mañana
y no regreso nunca.
Infiel,
conformista,
desgraciado.
Este niño que todavía soy
esperando a su madre
en la esquina de la casa,
poseído,
inconstante,
caprichoso.
Este mal pensado,
este hijo de Dios,
pordiosero,
miserable,
sospechoso.
Pequeño,
pequeñito,
miope.
Este inculto,
iletrado,
analfabeta.
Este salvaje con índice académico,
victimario,
suicida,
revoltoso.
Este triste estropajo con camisa.
Este hombre con recuerdos
que lo muerden,
ofendido,
humillado,
deshonrado,
soy yo,
el que te quiere,
el que te espera.