Chagrin d’amour de Esther Giménez

No hay estrellas fugaces ni horizontes.
La tierra inmóvil ve cómo el Sol muere
olvidando marcar días y noches.
La Luna es una cara oscura. Duerme.

Después de primaveras no hay veranos.
Mayo es glacial y abate la turgencia
tallando un verde intrínseco y ajado.
Los aromas, antígenos de alergia.

Todo es lo que parece. Nada existe.