De un primer salto
me subiré en el Árbol de la Vida.
Está desnudo ya de primaveras
y no se quejará.
Segundo salto:
en la terraza del segundo piso
un par de truchas jóvenes se quieren
y mueren por amor.
Del tercer salto
directamente al límite del cielo.
Gorriones, despertad bajo las tejas
o no traeréis el alba.
Un cuarto salto…
¡He estado tanto tiempo por el suelo!
Se me olvidó la brisa erizadora
del quince al diecisiete.
El quinto salto.
¿Es Luna mi sonrisa? Me regala
unas pupilas nuevas que destellan
también por la mañana.