Tres:
Alguien dejó una flor de papel sobre mi mesa,
es linda y morada y verde, gracias.
Esperé una flor toda la vida,
y hoy, martes raspado de melancolía,
no sé de dónde, me ha llegado.
Pinche florecita de papel,
te quiero.
Cuatro:
De las horas más muertas que tenía
tú me sacaste al mundo
y me pusiste a cantar.
Cinco:
No tú dijiste nada
sino tu pelo y tus uñas y tus besos.
Por eso, pequeñita,
platito de arroz,
mientras mi corazón estaba seco
me levanté contento
a quererte con los pies y con las manos,
me levanté otra vez sonando mis tambores.
Dirás que no
pero hoy me levanté a quererte
y a que tú me quieras.