Claroscuro de Waldina Mejía Medina

Mi vientre atrapa fragmentos de universo
y los convierte en luz.
Crece el hijo y grita por los vientos
¡Heme aquí, convoco la mañana!

Busco desesperadamente algún empleo.
Pan y leche seguros para el niño
casa, cama
el amor que deviene de la tranquilidad de una labor digna.

Busco desesperadamente:
‘aquí, tal vez – me dicen – allá, tal vez’
y voy y corro
con el dolor y el miedo clavados en mi vientre
y con mis manos casi suplicantes,
y voy y llego y me hacen esperar
y en la entrevista
grita de pronto el hijo por los vientos:
¡Heme aquí, fabrico la esperanza!
y el empleador lo nota y dice:
‘No hay trabajo”
“No podemos emplearla”
“No creo que se pueda” No
No.
NO!
– no sé si pueda yo seguir luchando –
y sigo/
Sigo/
SIGO/
para este amanecer que casi implora desde el fondo de mí
y nadie
escucha.