Algo de orgullo, mucho de eficacia.
Por sostener con propiedad la cumbre
el cuello toro se alza en reciedumbre
y afina los contornos de la gracia.
El sol de todos vuelca democracia
y en la nuca te da besos de lumbre,
mientras la voz naufraga por costumbre
en el silencio de tu idiosincrasia.
Se te cruzan las lianas de la vida:
donde un árbol de sangre te engalana,
donde un árbol de fuerza me intimida,
donde un árbol en viento se desgrana,
mientras al frente luces, malcomida,
cual testigo de cargo, la manzana.