¡Feliz instante! Del galán al peso,
la doncella al final rueda vencida,
sobre el césped que cómplice convida
del libre amor al inefable exceso.
Un cefirillo plácido y travieso
viene a avivar la lumbre ya encendida…
¿Qué mucho que ella al fin quede rendida
y que se escuche el estallar de un beso?
Un cercano rumor de pasos suena,
grana tardía a las mejillas brota,
huye el galán y acábase la escena;
y confusa al pensar en su derrota,
Casta suspira, y coge de la arena
un lazo azul… y la vasija rota…