LAS LLAVES DEL SUBSUELO

Vivimos en la violencia verde, disfrazada,
como tranquilos visitantes de un pueblo
sujeto en el primer hervor del desafío;
dignatarios sin plumas se pierden en las páginas;
encomenderos, comerciantes, jueces,
plenamente juiciosos, nos ahogan el juicio;
por las veredas del país, las sombras
son verdes y encendidas también, huelen a piedra,
como nosotros, seres de ciudad, clandestinos
merodeadores del presentimiento,
porque con cada día que pasa, cada día,
se agrega un rayo más al ambiente colmado,
y hasta los chupamieles arden como pañuelos ofendidos.

 » Leer Mas…

Lo ausente no está ausente

Lo ausente no está ausente,
sólo apenas distante del instante.
Al poner el oído fantasioso
junto a la laminilla que separa
lo presente y lo ausente,
una vaga corriente se incorpora,
flor que surge del fondo del latido,
y así ya no es posible distinguir
lo que está y lo que estuvo,
y ya la ausencia duerme entre mis sienes
y la presencia es este don distante.

 » Leer Mas…

Por nómadas caminos

Por nómadas caminos secundarios
se llega siempre al sur, piedras abajo,
hasta encontrar los rastros del origen.
En estas tierras bajas se aglomeran
vestigios de extraviados manantiales,
basureros gemelos del crepúsculo,
serenas maquinarias desterradas,
y también las familias de los dioses
que como enjambres fértiles
siguen goteando miel
por las truncas proezas del enigma.

 » Leer Mas…

SONETO

en el que hablando con Dios desvive su secreto valimiento

Ábreme, dios, el juego de tus venas,
la voz de tus cartílagos contusos,
la animación floral de tus abusos,
tu cariñoso abismo de sirenas.

No ese estupor de luz en que te entrenas,
ni el salar de tus mares inconclusos,
no, porque pese a crédulos ilusos,
tienes de oscuridad las manos llenas.

 » Leer Mas…

TREN DE LA NOCHE

Suena el tren en la noche
?¿llamando a quién, a quiénes??,
el tren abajo, en los cañaverales,
como una larga serie de pañuelos llorados;
y su llamar se junta al fuego de los perros,
sofocando las luces pequeñas y amarillas,
llamándonos, llamándonos,
porque nosotros, madre, nos iremos en él,
con la canasta virgen y la hermanita enferma
y un envoltorio de pañales
como dormidas mariposas,
y el tren no espera, no, no espera nunca,
y por eso corremos entre el polvo nocturno
como fieles y nítidas luciérnagas…

 » Leer Mas…

YO NO SOY

Yo no soy Pedro,
Juan,
ni Segismundo.

Yo no soy pura sangre,
ni mestizo,
ni natural del valle o de la estepa.

Mi pensamiento es un pequeño mundo.
Un mundo de orfandad de pura cepa.

Vine de no sé dónde,
un día en que unas manos
se estrecharon a medias.

 » Leer Mas…