(variaciones)
I
Quien te ve se vuelve culpable.
Quien no te ve no te deseará.
Pues de todo deseo son los ojos
los culpables.
II
Puse dos yunques a tus pies.
III
Qué mortal tu arco sin flecha
IV
La luz del faro cae al alcance del ahogado
que no encuentra el camino de la oscuridad.
V
También toda la sangre llega a su quietud.
VI
Pozos de verdad clara y negra
donde tiembla una estrella fugaz
que cae al alcance de un cocodrilo.
VII
Estrecha fuga para tanta herida.