Si los otros
los que llegan a deshoras
y se marchan
los que respiran comen
y se acuestan
supieran que te quiero hasta la punta
del mediodía
y que tú también me quieres
y nos queremos
no les dolería vemos tan cansados del amor
tan agobiados
en esas noches en que apagamos la luz
para olvidamos un poco.