Dïwān del Príncipe de Emigion de Gunnar Ekelöf

Este poema mío no tiene rima: se lo dedico
únicamente a Ella.
La palabra «Ella» es mi meta, y por Ella
no quiero aceptar otro intercambio que
el de «Dar» y «Coger».
Tarjuman El- Ashwak XLII

2. Oí en sueños:
-Habιb, ¿quieres esta cebolla
o solamente una rodaja?
De pronto me envolvió una gran incertidumbre
¡La cuestión que me planteaba este enigma
era la cuestión de mi vida!
¿Prefería yo la parte al todo
o el todo a la parte?
No, yo quería las dos cosas
tanto la parte del todo como el todo
y que esta elección no implicase contradicción alguna.

* * *

3. Te hablo a ti
Hablo de ti
desde el fondo de mí mismo
Sé que no contestas
¡Cómo ibas a poder hacerlo
siendo tantos los que te imploran!
Todo lo que pido
es poder quedarme aquí expectante
y que me ofrezcas una señal
desde dentro de mí,
una señal de ti!

* * *

7. Tú me consuelas
tú consoladora
¿Cómo lo haces? Porque yo amo
tu más íntimo ser. En mi alma
has dejado huellas
de unos piececillos, de unos deditos
como en la húmeda arena
de una playa-

Sin embargo tú no eres-
¡Qué plenitud del Ser!
Yo soy- Qué bajeza
de algo todavía no quemado
Oh déjame calentar estas manos
junto a ti, como junto a un brasero.

* * *

13. Oh tú
que estás invisiblemente presente
Siento tus brazos alrededor de mí
Me dejaste besar
uno de tus pechos
el que está sobre el corazón
Luego te fuiste
después de haberme besado los ojos.

Versiones de Francisco J. Uriz