Donde habla la ceniza de Efraín Bartolomé

Don Juán Ballinas (1842-1905),
primer explorador de la selva lacandona,
in memoriam.

I

Con regusto de ciervo entre las fauces
el puma tiene sed
Su pupila apuñala el corazón del aire

Todo futuro es verde

Entrar ahí
Dejar en las espinas la piel y la memoria
Ser sobre el humus sol
que se arrastra y trastorna su espina dorsal
como los gatos

Entrar
hasta que no se note si es sangre o clorofila
lo que nos quema dentro

Andar Andar Andar
Aprender el oficio de los ríos
Erosionar el tiempo hasta volverse un puro centelleo

Así era papá Juan

La mirada del puma atraviesa el presente

Todo futuro es sepia.

II

La luz resbala por las copas del ceibal:
tarde amarilla.

Contra lo negro
una luna más roja que el tizón de los cedros:
ojo
que
estalla:
un paisaje de aullidos
la mañana.

III

Lo que tenía de agua se filtró por las capas de la tierra:
veta que escupe fuego
o
derribado rayo entre raíces

Avanza
Sangra

En la filosa transparencia de las ramas
don Juan Ballinas es
la médula del agua.

IV

Miramar Río Azul Río de la Pasión
¿En verdad existieron antes del ojo de donjuán?
¿Antes de que su lengua los nombrara?

Dicen que el río Jataté es sólo un largo sueño

Despertamos

Cayó tu nombre al agua papá Juan:
te vamos olvidando.

V

Tu casa papá Juan
Esto nos queda

Vengo después de tanto

El Paraíso es un siglo habitado de recuerdos

(Una vez
en su huerta
miré un quetzal prendido de las ramas del silencio)

Voy por los corredores entre horcones de cedro
Rasga la luz mi sombra
Hojas secas se arrastran en el polvo del patio

Aquí estuvo la cárcel
Allá fue el Oratorio
Esto era la cocina

Sobre las sillas que hiciste con tus manos
el tiempo
más torpe cada vez
continuará tejiendo telarañas.

VI

Somos tres cuartas partes de agua dicen
y es bueno recordarlo en este día mudo

La vereda escondida en la maleza
nos trajo al cementerio de la finca:
un rectángulo abierto de veinte o treinta cruces
y
modestos
seis monumentos con lápidas legibles

Remuevo polvo y flores secas

Aparece tu nombre

Tres cuartas partes de agua
más un cuarto de sueños

Y un estruendo.

VII

Puedo ver ranchos a lo lejos

Humo

Sonidos casi humanos

¿Qué verías en tardes como éstas
un siglo de árboles atrás?

¿Estás ahí?

Tatarabuelo Amigo Viejo fantasma
¿Estás allí?

Nada

Sólo el viento zumbando
entre los ocotales.