Y me parece que fue ayer
tal instante, tal sentir
consumiéndome el deseo
al verte, quisiera liberarme
Encadenarme y sentirme derecha
de no sostener pláticas inciertas
pero al verte quisiera entrar en tu mente
Cegar la luz de tu tormento
disfrutar de raíz y ni siquiera mirar atrás
al observarte me expiran más los poros
y arrullo intensamente el niño que llevo dentro
Cuando te veo los olivos florecen l
la cicuta me sabe a miel
y se esfuma todo el instante rebelde
La crudeza sexual viola mí espíritu
y el deseo pervertido nos separa un milímetro
y no puedo impedir
que las hormonas trabajen
Y después del encuentro
como despavorida
a encender la candela al santo
sabrá Dios sí serán demonios
Del deseo, de lo prohibido,
de la justificación, del pretexto,
de la gloria, del infierno
de la atadura, de la liberación
del querer y no poder hacerlo