Espinosos retumban los ecos del pasado.
Reiteran a sabiendas mi dolor.
Nutro fertilidades
para no agonizar masticando ahogos de tristeza,
y tomo mi escafandra:
este presente de vuelos y cánticos
de finos y coloridos pájaros.
Leves se disuelven las nostalgias pétreas,
quedándome sempiternos azules y oros.
Jamás permitiré que mis vísceras
vuelvan a los ocres y grises:
no se retroalimentarán en mi.