El alfanje secreto (XIII) de Santos Domínguez Ramos

Recostado en la arena,
el buen Abul Jaqam
te había prometido una noche de amor.
Tras la primera unión se ha quedado dormido
hasta el amanecer.
Y tú has tenido tiempo
de ver en él la imagen de las hogueras leves
del ocaso, la imagen
exacta, ausente y lenta de la muerte.