Y es que yo solamente soy una sombra
que absorbe la humedad de la puerta.
El tallo abriéndose en un pensamiento
humedecido en las pisadas del tiempo.
Distraído grabador de los frutos del árbol
que extravió su trayectoria en el ámbar
el encargado de la llave que al abrir tus puertas
fue a dar al fondo con los ojos cerrados.