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abrir
abrir la carne
Visiones que la muerte
lleva en el cadáver
sordo a su quejido
abrir
abrir la reja
(Sal: esta es la luz)
El niño juega en la caja de piedra
gárgolas
puertas del cielo
sólo de tu mano
no tengo miedo
Cielo de neón
haces de luz
en las barcazas
sombra de la mole
catedral de la ciudad
Isla de Francia
solo del cielo
sombradura
Puentes abadías
precipicios del Arte Universal
música del cielo de París
a orillas del Sena
El niño danza en la caja de piedra
labio que ha cerrado
su boca en el oído
ni luz ni oscuridad
sólo la sombra
áspera del hierro
El hombre bebe la inmundicia de las aguas
trae una sed de siglos en los belfos
una sed fría, en punta, que ara cauces
en el sueño moroso de la tierra
cuerpo henchido
saciado
besado
fango del Leteo
Copas de los árboles
simétrica belleza
veleros en el lago
del jardín de Luxemburgo
Atiende a tu promesa
cielo negro sin oído
ciudad
luz
belleza
santa perra
música del cielo
El hombre que ha sufrido
bebe de sí mismo
se ahoga en la corriente
turbia de las aguas
hasta el cuello
Soy: ahora me pierdo
Cúpula cobalto
cielo de Francia
llorar
irse muy lejos
Techos de pizarra
espejos
donde el hambre se devora
saciados
no
gélido silencio sin color
liquidez en la que se puede hundir la mano fascinada
Faros del auto
luz del cielo
cobalto
de París
en primavera
la nube en el ojo de la dama
ciega
frente al bosque
respirando
(cortar: abrir la carne)
El niño canta en la caja de piedra
llora
esta noche
campo del espejo
quebrado
en el desierto
abre, por favor, la puerta
Dormía en los fangales
al sol
con los caballos
Nadie escucha lo que dices
nadie sabe
(matar: ser la tiniebla)
No
no hemos llegado
pienso en alas en fuego en música
pero no
no es eso lo que temo
túneles de miedo
dejarte en las palabras
decir
¿Tiene usted un vaso con agua?
tenedlo ahí, sobre la mesa, inútil
abstinencia angustiosa
que presume el dolor y no lo crea
que escucha ya en la estepa de sus tímpanos
retumbar el gemido del lenguaje
y no lo emite
Volviéndome
entera
contemplo
la ciudad
final
tiniebla
Yo era la pequeña
moría en los rosales
la hoja la muralla
hiere la mano
filosa del sueño
(cortar: abrir la carne)
cielo de París
cielo helado
la música está
en ninguna parte
Aquí no hay nadie
El cadáver se sacia en su florero
Cúpula cobalto
luz del cielo
de Francia
en primavera
Llora
en sus rodillas
reclina la frente contra el mármol
que ella te consuele
La flor saciada en su florero
diría
duerme en paz
eso
era todo