El fin de un año (Soneto) de Rosario Acuña

¡Ya ha muerto! En los abismos del olvido
lo sepultó el rodar de nuestra esfera:
¡polvo queda no más, sombra ligera
de todo aquello que en la tierra ha sido!

El tiempo se lo lleva confundido
Con mil años y mil ¡quién lo dijera!
Tan solo el hombre en su soberbia espera
Que llegará a contar los que han huido.

¡Un año que ha pasado! Hacerle cargo
por ser largo, o ser breve, es bien aleve,
¡Quién le pudo llamar feliz o amargo!

¡Quién a medirle por compás se atreve!
Para el que halló la juventud fue largo,
Para el que vio la ancianidad fue breve.