El fuego de Esther de Cáceres

Ya lejos de los árboles ardientes y mortales,
yo me acerco a cantarte!
Recuerdo la alta llama;
los grandes bosques que tu mano quema;
los muros derribados
entre las voces que la angustia vela;
y el metal de la guerra
por donde corres como vena ciega.

Recuerdo el gran secreto
con que te guardo dentro de mis huesos,
cuando en las horas lentas
el verano te esconde
en cada flor sedienta.

Y te amo, hijo del Aire,
Fuego -Casa de Amor- barca del Aire,
barca del día en el Aire!
Único árbol despierto a través de la Muerte!
Más sólo que la Muerte!