El instante es el camino de Julio César Aguilar

Árbol antiguo visto desde una infancia,
el tiempo se deshoja, floreciendo,
siempre reintegrándose a sí mismo,
firme ante los aires de cualquier viento,
ante los vientos de la muerte,
el viento iracundo de la nada.

Suspiro interminable es caminar el tiempo,
jugar un juego que no acaba
dentro del árbol de las horas,
muy adentro del ramaje más caudaloso.
Si los pasos se detienen en su marcha
los abandona el tiempo a la intemperie,
pasos perdidos son hasta reencontrarse.
!Y qué laberinto es el camino!

(Pero encuentra el pie su huella, y al momento
retoma su destino y se desborda.)

Mientras el tiempo se hunde
en su savia brevieterna,
de las ramas, fruto pleno,
asciende uno hacia el fondo de la vida.