El tiempo verde botella
se hace trizas en las ventanas occidentales
la cascada intensa y el laser del viento benigno
en guantes blancos
dirige la música en un trotar arrítmico
de ratas mentales
Camino a los vendedores de baratijas
en el mercado de frutas
soñar es intenso como un golpe en el corazón
pero no es ésta la ciudad que se desata las trenzas
ni el corcho que mastico insistentemente
sabe al más grato sabor de la niñez
miro al alto y espigado amarillo
como no será nunca el sol en Lima
los chicos en sus bicicletas acarameladas cual globos
volando contra el viento
¿volaré yo también contra el viento
detrás de una idea que se desvanece iridiscente
en el diente de un jabalí?
Se hacen agua los helados las espaldas padecen
arrasadas por jardineros inescrupulosos
la idea es una pelota que se traga el polvo
en el centro efímero de una plaza
y yace el torero despanzurrado en su soledad
los aplausos aturden y litros
de incomprensiones que en la cara de una mesera
explotan
Como yo ella es pálida
y le vienen bien los colores chillones
el flequillo horizontal por donde acusiosos rayos equis
los turcos
entran trepando mayólicas como mentes en blanco
También puedo ser yo misma en la tubería
donde confluye lo que a medias se acepta y embolsa
y envía de mano en mano para hacer las cordiales pases
cada uno sin querer bordea su propio agujero
las veces que irreconciliable
un vendedor casa por casa toca
la rebosada puerta
el panal de moscas zancudas
la turbulencia la opacidad
la ciudad hecha de señales ajenas
ajena a su propia dirección