Estas con varia suerte ejercitadas
en áspero comercio, en dulce guerra,
armas insidiosas
-oh reina de la tierra,
señora de los dioses y las diosas-,
ya herramientas melladas y sin filo,
en prenda a ti fiadas,
hoy las acoge tu sagrado asilo,
Cipris, deidad de la pasión demótica.
Bajo una nueva advocación te adoro:
Afrodita Antibiótica.